Por Silvana Romero*
La Antonia vive en el asentamiento del Barrio Galván. Hace unas semanas le sacaron a su beba de seis meses por ser pobre. Se la llevó un pariente suyo que tiene una casa y un trabajo, una mejor situación económica para darle a la criatura una ‘’vida más digna’’. Las compañeras de la Anto se organizaron para ir rápido a la comisaría:
-Ya traéme acá un patrullero para ir a buscar a la bebé, esa criatura tiene que estar con su madre.
-¿Usted es abogada? Pregunta la oficial
-No. Somos de la Asamblea de Géneros de la F.O.B y nos vamos a quedar a dormir acá si es necesario hasta que le devuelvan su hija a nuestra compañera.
La comisaría de la mujer envió rápidamente un equipo al barrio para hacer el “sondeo vecinal’’ y también asistentes sociales a verificar qué tan pobre, qué tan miserable, es la casa de la Anto. En menos de 12 horas la beba volvió a los brazos de su madre.
Es que el tema no es abortar o no abortar, parir o no parir: el problema es ser MUJER POBRE.